Enviado por AlanBuitrago el
Colombia ha vivido desde hace más de veinticinco años una constante dicotomía entre la gestión ambiental y las prioridades de la política económica.
La calidad del medio ambiente ha estado supeditada a las fuerzas del mercado, pues la apuesta predominante de la mayoría de los gobiernos de turno ha sido la creación de condiciones para
propiciar un crecimiento económico a costa del deterioro del patrimonio ecológico. Así, las decisiones en materia ambiental han sido medidas para facilitar y aprovechar, sin reparo,
las oportunidades que han ofrecido el ‘boom’ de los commodities y los picos de los ciclos económicos, que además han conducido al país al detrimento de nuestro aparato productivo.
